Amor aun después de la muerte


Una amistad de casi diez años, éramos un grupo de casi 10 personas con las que compartí muchas cosas, pero allí había alguien muy especial al que desde el primer momento se ganó mi corazón. Con el tiempo nos hicimos muy buenos amigos. Conocía muchas cosas de mi como yo de él. Él, enamorado de una amigadel grupo, Jessica, una persona que lo trató muy mal y esas cosas me las confiaba.
Escuchando todas sus desgracias con la mujer que amaba me fui enamorando en silencio. Quería cuidarlo, quererlo, pero él estaba ciego de amor. Al tiempo sentí cierta atracción de él hacia mí y me armé de valor y se lo dije y fui correspondida pues estaba sintiendo lo mismo, pero estaba con esa persona y la quería mucho. Yo lo acepté, pero a pesar de eso nunca lo deje de querer y sé que él tampoco a mí.
Un día estábamos en una fiesta, él me apartó para hablar y me besó, pero en eso nos vió su prima que era muy amiga de Jessica y se lo dijo. A partir de allí, se armó el problema. Yo preferí alejarme y lo deje de tratar como antes y no pasaba de un “hola”, pero el nunca aceptó mi cambio y me seguía tratando como siempre.
Al cabo de un buen tiempo yo comencé la Universidad, él se puso a estudiar para la Policía, Jessica se mudó y ellos terminaron. Seguía siendo el mismo conmigo, ya no lo veía con tanta frecuencia como acostumbrábamos, ya tenia otras amistades y yo las mías.
En la universidad me llamó mucho la atención Daniel, un chico de mi clase. La atracción fue mutua. En su conquista me escribió un texto si me podía llamar. Le dije que sí. Como estaba en casa de mi amiga Kelly, que también era del grupo, le di el número de su casa. En eso Luis se da cuenta que yo estoy allí y sube para hablar conmigo, pero yo no quería pues Daniel me llamaría. En una de esas yo me alteré y le dije que no quería hablar pues yo estaba esperando la llamada de mi novio. Luis se molestó mucho, tanto que comenzó a gritarme y decirme que por qué mi novio. Vi en su mirada decepción y mucha rabia. Me asusté tanto por su actitud que pensé que me pegaría solo pude decirle: “No puedo esperar a que te dignes a estar conmigo, no puedo esperarte toda la vida”.
Después de eso pensé que más nunca me trataría, pero no fué así. Él nunca me dejaría de tratar. Nos seguíamos viendo igual, pocas veces, sabía que le preguntaba por mi a mi hermana y a mi amiga les decía que él me quería, pero que sabia que yo era un imposible.
Dos años después, comienzos del 2012 comenzó a portarse muy mal y vincularse con malas personas. Hizo cosas que nunca me imaginaria. Fui a la casa de Kelly, como ella lo veía con más frecuencia le pedí el favor que le pidiera el número para llamarlo. Ella se lo pidió y me dijo que estaba muy emocionado porque yo lo llamaría. A los días lo vi pero sentí que me ignoró y volteó para no saludarme. Yo me extrañé y me dije que no lo llamaría. Al tiempo le preguntó a mi amiga que porque no lo había llamado y ella le contó lo que paso, él la miró y le dijo que eso no era así ella me lo cuenta y yo al día siguiente cuando llegó a mi trabajo lo llamo pero no tuve el valor de hablar, solo escuché su voz cuando solo me decía “aló” y le colgué.
A las dos semanas, el viernes 27 de julio de 2012, llegué temprano a mi casa, agarré a mi perro y me puse en el balcón a ver un rato quien pasaba. De repente apareció, iba bajando a su casa con un amigo, pues se acomodaría para ir a una fiesta. Yo lo vi pero con la misma volteé sin siquiera imaginar lo que vendría horas más tarde.
Me acosté a las 9pm estaba muy cansada. A las 11:45 PM mi hermana entra llorando a mi cuarto y me dice que hay mucho alboroto en la calle y se escucha que a Luis lo mataron. El mundo se me vino encima, no sabia que hacer y me acordé de esa llamada. Me levanté corriendo, me asomé en el balcón y estaba su mamá llorando desconsolada y fue cuando entendí que realmente lo había perdido. Me puse a llorar tanto, sentí un dolor inmenso en mi pecho. No pude dormir, solo quería que amaneciera para poderlo ver.
Sábado 28, me levanté temprano esperando a ver de qué me enteraba y yo que no podía dejar de lamentarme porque nunca le hablé cuando lo llame. En la noche como a eso de las 7pm, mi papá me lleva al velorio. Cuando vamos llegando se me hizo un nudo en la garganta que no me dejaba hablar, sentía que mi pecho iba a explotar de los fuertes latidos que daba mi corazón. Al fin llegamos, se me hizo eterno el camino desde el carro hasta donde él estaba. Entramos y allí estaba precioso como él era, pero así yo no lo quería ver. Me puse a llorar como nunca lo había hecho y solo pude mirar a mi mamá y preguntarle porque pasaban esas cosas. No pude verlo más, no tenia valor para verlo así y nos fuimos.
Domingo 29, todos nos pusimos de acuerdo para ir juntos a su entierro. Llegamos y él llegó al rato. Me puse a llorar mucho, ya sabia que no volvería a ver esos lindos ojos. Había mucha gente, demasiada. Nosotros como grupo más nunca nos volvimos a reunir. Ya todo el mundo fue creciendo y agarrando su camino, pero ese día como cosa de Dios estábamos juntos llorando y dándonos consuelo pues se nos había ido una estrella. Le pedí tanto al señor que me diera la oportunidad de verlo en sueños y se me dio a la semana de haber partido. Lo soñé, me decía que no me preocupara, que él estaba bien, que dejara de llorar.
Ya han pasado 3 meses de su partida, ya lo asimilo más, pero lo extraño un montón. Cada vez que puedo le prendo una velita, visito su tumba y voy a las misas que le hace su mamá.
Hoy me lamento mucho de no haber hablado en esa llamada y me siento peor porque no tengo vuelta atrás. Sé que me quiso y me quiere tanto como yo a el. También sé que me escucha y siempre esta conmigo porque nuestro amor sigue vivo aún mas allá de la muerte. Te quiero Tobi.